¿Como me ven mis compañeras/os de planta?

¿Como me ven mis compañeras/os de planta?

Hola soy Maider, Residente de Enfermería Pediátrica….esta es la frase que utilizo siempre que empiezo en una nueva unidad, se puede decir que es mi carta de presentación. A veces lo hago yo, otras mi tutora o la enfermera colaboradora….profesionales a las que les suena que es eso de ser residente de enfermería.

Ya me he presentado ante los compañeros, pero serán pocos los que se hayan quedado con lo de ser residentes, a partir de ahora empiezo a ser ante sus ojos » la estudiante, la de prácticas, la del master….»

Soy consciente, porque así me lo han hecho sentir, que muchas compañeras no ven con buenos ojos el tener que formarnos y enseñarnos a enfermeros que tras la residencia obtendremos el título de especialistas. Llevan toda una vida dedicándose a la pediatría, conocen al detalle las técnicas, patologías, cuidados…. y sin embargo, muchas de ellas carecen de reconocimiento. Entiendo que les moleste, les indigne, que sientan que no es justo, que se nieguen a formarnos a cambio de nada. Sí, todo esto lo puedo llegar a entender, pero, ¿es acaso nuestra culpa? ¿tenemos que sentirnos mal por aprobar unas difíciles oposiciones y tener la oportunidad de hacer la especialidad? Sinceramente creo que no.

Durante el tiempo que llevo como residente me he encontrado con todo tipo de gente en el camino. También he coincidido con enfermeras con gran pasión hacia su profesión que creen firmemente en la figura de la enfermera y que apoyan ciegamente la especialidad. Saben que este título es algo que les pertenece, aun así, ven con buenos ojos que los profesionales del mañana estemos más capacitados y mejor formados. Por suerte profesionales así existen y te hacen sentir que la residencia merece la pena.

¿Me miraran con malos ojos? ¿Me harán sentir fuera de lugar?….cómo me gustaría contestar que no, pero estaría mintiendo. Como he dicho me he encontrado con buena gente, con gente que te apoya, te ayuda, te enseña….pero también he tenido la desgracia o la gracia de conocer el polo opuesto . Me refiero concretamente a una persona que nada más verme, y sin intercambiar una sola palabra, me saludó con este educado mensaje » Que sepas que yo no te voy a ayudar en nada». Ante una bienvenida así, ¿cómo ir día tras día a trabajar junto a ese personaje?                                                                                                                                     Perdonarme la expresión, pero he decidido expresarme con libertad, este es nuestro sitio, y hay momentos en los que desahogarse es necesario.

Tuve miedo, pasé nervios, angustia….llegué a pensar que era algo personal…. qué tontería. Hay gente que viene así de serie. ‘Pobrecita, tendría mal día” pensareis algunos. Puede ser, pero os aseguro que hay gente que vive enfadada con el mundo y si alguna te pilla de frente, mala suerte…no te queda otra que aguantar el chaparrón lo mejor posible.

Algunos me veían como un rival, una amenaza, alguien que venía a quitarles el puesto de trabajo…quién y yo, que lo único que quería era aprender de ellas, buscar en ellas el espejo donde reflejarme.

Jamás imaginaria que mi peor experiencia vendría del personal más joven. Siento decirlo, pero los que peor me han hecho sentir por ser residente han sido las enfermeras que llevan 4-5 años trabajando. Saben del tema porque el EIR cada vez está cogiendo más fuerza, saben que existe la especialidad, saben que las EIR somos profesionales tan bien formadas como ellas…sin embargo, es algo que no lo llevan bien. Acepto que no me quieran enseñar, pero que me den lecciones o intenten explicarme cosas que se tratan en primero de carrera… Eso es pasarse, ¿no os parece?

Pero no quiero que nadie se alarme y vea a las compañeras más jóvenes como algo negativo. Hay enfermeras jóvenes que no entran en este perfil, de hecho, me siento en la obligación de dar las gracias a muchísimas enfermeras jóvenes, que no siendo las más curtidas en la profesión por su corta trayectoria, me han enseñado muchas cosas, me han ayudado a integrarme en el grupo, hemos compartido risas, tardes de cachondeo, comidas…. gracias a todas ellas.

¿Cómo me ven mis compañeras de planta? ¿Cómo me hacen sentir? Eran las preguntas que quería responder cuando decidí escribir sobre el tema. Las respuestas no son ni negras ni blancas, ni de un extremo ni del otro….como en todo en la vida hay de todo. Algunos te acogen con los brazos abiertos, otros te ofrecen la mano, y sólo unos pocos te la deniegan.

Me despido dedicando un sincero agradecimiento a todos aquellos que he conocido durante mi trayectoria y de los que he aprendido mucho. Me quedo, sin duda, con un buen sabor de boca. La gente merece la pena, y por suerte estamos rodeados de buena gente, gente especial….

P.D: Y encima cobrarás…. futuros residentes, el que avisa no es traidor. Os cansareis de contestar una y otra vez esta pregunta. Tomarlo con filosofía y sobredosis de buen humor.