Pautas básicas de alimentación en pacientes oncológicos

Pautas básicas de alimentación en pacientes oncológicos

Una buena salud requiere una buena alimentación, y esto es más importante cuando se está enfermo, un momento en el que es importante proporcionar al cuerpo las proteínas, grasas, azúcares, vitaminas y minerales que necesita para mantener la energía, reparar los tejidos dañados por el tratamiento y mantener el sistema inmunológico en buenas condiciones. Es muy importante comer bien mientras se recibe tratamiento oncológico.

Las recomendaciones dietéticas para los niños en tratamiento pueden ser diferentes de las que suelen ser adecuadas para la población sana, esta situación confunde a muchos padres cuando las nuevas sugerencias son contrarias a lo que siempre han oído.

Los consejos habituales incluyen comer mucha fruta, verduras y cereales, con una moderada ingestión de carne y productos grasos y derivados de la leche. Sin embargo, para los niños que están en tratamiento, las recomendaciones se centran en ayudarle a comer alimentos ricos en calorías y proteínas, como leche, queso (bajos en grasas) y huevos, así como usar más aceite virgen de oliva, mantequilla y margarina. Estos consejos están pensados para recuperar fuerza y energía. En algunos casos se recomienda no comer alimentos ricos en fibras porque pueden empeorar problemas como la diarrea o las úlceras en la boca.

 EFECTOS DEL TRATAMIENTO SOBRE LA ALIMENTACIÓN

La quimioterapia y la radioterapia reducen la producción de saliva generando sensación de boca seca, ulceraciones bucales y mucositis. Los problemas dentales se resumen en caries  y endurecimiento de los músculos de la cara. Así mismo, la quimioterapia, la radiación y el cáncer mismo, ocasionan cambios en el sentido del gusto. Todas estas circunstancias se reflejan en el bajo consumo de nutrientes llegando a la desnutrición, pudiendo agravar el estado del niño,  comprometiendo la respuesta inmunológica y aumentando el grado de morbimortalidad.

A continuación detallaremos los efectos adversos más comunes y las recomendaciones a seguir:

  • XEROSTOMIA (Boca seca): Se da cuando las glándulas salivales producen muy poca saliva. La saliva es necesaria para percibir el sabor y para tragar fácilmente. Los síntomas incluyen sequedad, sensación de ardor o malestar (especialmente en la lengua), labios agrietados, boqueras y cambios en la superficie de la lengua.
    • Recomendaciones a seguir:
      • Tomar alimentos líquidos o blandos: flan, helado, sopas, zumos.
      • Utilizar vinagre y zumo de limón para aliñar los alimentos.
      • Evitar alimentos aceitosos y espesos.
      • 15 min. antes de las comidas enjuagar la boca con una cucharada de zumo de limón diluido en agua.
      • Tomar pequeños sorbos de agua durante la comida, permitirá tragar con más facilidad.
      • Comer poco pero con frecuencia.
      • Beber entre 2 y 3 litros de agua al día.
      • Tomar gotas de zumo de limón para estimular la saliva.
      • Limpiar la boca después de comer con cepillo especial.
  • MUCOSITIS: Inflamación de la mucosa que se manifiesta en forma de llagas o úlceras dolorosas que pueden llegar a sangrar. Se identifica clínicamente por dolor al masticar y al tragar. La boca seca, puede ser el primer signo de la mucositis, llegando a ocasionar ulceraciones que son muy dolorosas e impiden que el niño coma adecuadamente. Frecuentemente estos tejidos inflamados, se infectan con virus, bacterias y hongos, agravando la situación y requiriendo tratamientos específicos.
    • Recomendaciones a seguir:
      • Evitar comidas muy calientes o irritantes.
      • Cocinar los alimentos hasta que estén tiernos y blandos.
      • Impedir el exceso de condimentos o sal en las comidas.
      • Incentivar el enjuague bucal con agua tibia, cuando la boca y las encías estén inflamadas.
  • PÉRDIDA DEL GUSTO: El gusto de cada niño puede verse afectado de distinto modo, siendo cambiante día tras día: lo que rechaza algún día, al otro día podrá ser de su agrado, y viceversa. Algunos niños se quejan de un gusto amargo, especialmente al comer carne o comidas ricas en proteínas, sintiendo que muchas comidas tienen menos gusto. Algunos medicamentos, como ciclofosfamida y vincristina, producen un sabor especial casi inmediatamente después de inyectarlos. A menudo los gustos amargos son mucho más fuertes y los dulces parecen menos dulces, mientras otras veces notan un gusto metálico.
    • Recomendaciones a seguir:
      • Intentar escoger comidas con buena apariencia y olor.
      • Comer las comidas que se toleren mejor, aunque sea la misma durante un tiempo.
      • Elegir pescados y carnes blancas.
      • La carne y el pescado hervidos desprenden menos olor que cocinados a la plancha u horno.
      • Cocinar con condimentos suaves: albahaca, menta, orégano, romero, tomillo, laurel.
      • Beber té de menta ayuda a suprimir el sabor a metálico.
      • Utilizar cubiertos de plástico.
      • Cocinar con utensilios de madera.
  • NÁUSEAS Y VÓMITOS: Son síntomas muy frecuentes durante el tratamiento. En muchas ocasiones, el niño sin presentar vómitos, se afecta con un estado nauseoso permanente, a lo que debemos estar atentos, pues ello le impide alimentarse adecuadamente, y así se alterar notablemente su estado anímico y nutricional. Debemos sospechar el estado nauseoso en el niño cuando tras la quimioterapia, está decaído, irritable, rechaza los alimentos y presenta arcadas.
    • Recomendaciones a seguir:
      • Empezar el día tomando alimentos secos, como tostadas o galletas poco aceitosas.
      • Evitar los alimentos lácteos enteros, productos ácidos y zumos de frutas ácidas.
      • Distribuir la alimentación en pequeñas comidas frecuentes a lo largo del día.
      • Tomar bebidas y alimentos de fácil digestión y más bien fríos.
      • No mezclar en la misma comida platos calientes y fríos.
      • Los alimentos salados se toleran mejor que los dulces.
      • Evitar fritos, salsas y aderezos con vinagre.
      • Consumir alimentos de bajo contenido en grasa para vaciar el estómago más rápidamente y tener una fácil digestión.
      • Sorbos de Coca-Cola ayudan a calmar las molestias digestivas.
      • Es preferible no beber durante las comidas.
      • Ofrecer líquidos 2 horas después del vómito.
      • Fomentar el reposo y la relajación. Descansar incorporado 1 hora después de comer. No acostarse inmediatamente.
  • DIARREA: La quimioterapia y la radioterapia afectan principalmente a las células que se dividen con rapidez, como las del revestimiento de los intestinos grueso y delgado, provocando que el tubo digestivo no funcione de forma eficaz. A causa de ello, no se absorben bien los alimentos, los minerales, las vitaminas, e incluso el agua, dando lugar a heces más líquidas debido a que los alimentos pasan muy rápidamente por los intestinos, sin que se dé el tiempo necesario para que sean absorbidos.
    • Recomendaciones a seguir:
      • Realizar dieta absoluta durante unas 2 horas para dejar descansar el intestino. Iniciar dieta líquida cuando el intestino esté más tranquilo.
      • Preparar zumos sin pulpa y poco azucarados (manzana, zanahoria), que deben tomarse sin mezclar y diluidos en agua.
      • Empezar con alimentos fáciles de digerir: puré de patata, manzana, arroz hervido, pescado…
      • Sustituir la leche de vaca por leche sin lactosa o leche de arroz.
      • Evitar condimentos irritantes para la mucosa intestinal (pimienta, pimentón, nuez moscada..)
      • Evitar alimentos  flatulentos como la col, coliflor, pepinos, pimientos, cebolla cruda…
      • Consumir alimentos ricos en potasio ( plátano, melón, zanahoria…)
      • Evitar comer las verduras crudas y la fruta fresca, a excepción de plátano y manzana.
      • Beber de 2 a 3 litros de agua al día.
      • Tomar bebidas isotónicas ricas en sales minerales.
  • ESTREÑIMIENTO: El estreñimiento es un problema común en las personas que reciben tratamiento, se puede definir como el movimiento lento de las heces por el colon (intestino grueso). Este tránsito lento provoca que las heces permanezcan mucho tiempo en el colon, se absorba demasiado líquido y se vuelvan secas y duras, dando como resultado molestias o dolor en su eliminación.
    • Recomendaciones a seguir:
      • Hacer ejercicio regular ayuda a la evacuación.
      • Crear un hábito intestinal disponiendo de un horario fijo para ir al baño.
      • No utilizar enemas o supositorios.
      • No menospreciar la necesidad de ir al baño.
      • Tomar en ayunas un vaso de agua tibia o zumo de naranja.
      • Alimentos ricos en fibra: pan y cereales integrales, salvado, frutos secos, verduras y frutas.
      • Preparar las verduras y las hortalizas crudas o al dente.
      • Tomar la fruta fresca y con piel.
      • Beber abundante agua siempre que sea posible.
  • DISMINUCIÓN O PÉRDIDA DEL APETITO: La disminución o pérdida del apetito es uno de los problemas más frecuentes que ocurren durante el tratamiento del niño con cáncer. Es importante tener bajo control cualquier sintomatología que pueda perturbar la alimentación y diferenciar dichas situaciones de la falta de apetito.

Además de la quimioterapia y radioterapia, son múltiples las razones para que un niño con cáncer presente desinterés por la comida: cambios en su estado de ánimo secundarios al tratamiento oncológico, visitas frecuentes al hospital, hospitalizaciones, inasistencia al colegio, separación de sus padres y familiares, cambios de hábitos nutricionales…En ocasiones, el niño (especialmente en la adolescencia) rehúsa comer para demostrar a los familiares, amigos y personal sanitario que dominan la situación.

El apetito suele volver a la normalidad después de finalizar el tratamiento. En ese tiempo, las células de la boca y el tubo digestivo ya se han reparado, el niño se encuentra más animado y probablemente vuelva a tener ganas de comer.

    • Recomendaciones a seguir:
      • Controlar el consumo de alimentos sin calorías ya que producen mucha saciedad.
      • Cambiar la rutina de las comidas, salir de lo cotidiano en cuanto a horario, lugar y ambientes.
      • Promover una alimentación calmada y relajada. Un tiempo máximo de 20 y 30 minutos.
      • No generar discusiones o presiones al momento de la alimentación.
      • Distraer al niño con diversas actividades, evitando la monotonía durante la alimentación.
      • Reintentar en caso de rechazos iniciales, la alimentación 1 o 2 horas.
      • Dejar que el niño coma siempre que tenga hambre, dejándolo consumir todo lo que desee.
      • Evitar los ayunos prolongados.
      • Elegir bebidas ricas en calorías, vitaminas y minerales en lugar de agua.
      • No forzar la alimentación.
      • Variar los menús con diferentes consistencias, texturas, sabores, presentaciones y colores.
  • AUMENTO EXCESIVO DE PESO: Algunos niños con cáncer que requieren para su tratamiento el uso de corticoides, pueden presentar malnutrición, ya que estos medicamentos incrementan excesivamente el apetito, y que sumado al sedentarismo, los hacen propensos a presentar sobrepeso y obesidad, que son igualmente nocivos para la salud, como lo es la desnutrición.
    • Recomendaciones a seguir:
      • Estimular la actividad física en lo posible.
      • Controlar frecuentemente el peso.
      • Preferir las preparaciones al horno, la parrilla, asadas o sudadas
      • Recibir una dieta con bajo contenido de sodio.
      • Limitar el consumo de enlatados.
      • Prescindir de sopas y caldos concentrados comerciales.

A TENER EN CUENTA…

Los niños bien nutridos tienen menor riesgo de tener infecciones y en general toleran mejor la quimioterapia. No obstante el efecto tóxico del tratamiento sobre la médula ósea, lugar donde se forman las células de la sangre, (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas) hace que, a pesar de estar bien nutridos, estos niños no tengan un funcionamiento normal de sus defensas, siendo la más importante la neutropenia, (disminución de glóbulos protectores de las infecciones bacterianas). El estado de falta de defensas se llama inmunosupresión, el cual favorece que el niño sufra de diferentes y graves infecciones que normalmente no sufriría.

  • Descanso. Descansar y dormir es muy importante, pero sin abusar. Descansar en exceso puede disminuir su nivel de energía. Cuanto más descanse, más fatigado se encuentre.
  • Actividad. Procure que el niño esté tan activo como pueda, un ejercicio regular como caminar varias veces al día puede ayudarle. Debe establecer objetivos razonables, e ir incrementándolos, si se puede.
  • Nutrición. Beber muchos líquidos. Comer tan bien como pueda, especialmente comida energética, como hidratos de carbono y proteínas. Los suplementos alimenticios no han demostrado que mejoren la sensación de fatiga.
  • Conservar energía. Repartir las actividades durante el día realizando pequeños descansos. Esto le permitirá conservar la energía para hacer lo que más le apetezca. No forzar a hacer más de lo que sea capaz.

DOCUMENTOS  UTILIZADOS:

artículo 1

articulo 2

artículo 3

artículo 4